martes, 18 de agosto de 2015

Ilusión de las bases contra el poder de las élites

Por: JAVIER CASO IGLESIAS, FRANCÍ XAVIER MUÑOZ y OSCAR LOMBA ÁVAREZ *

Apartados de dogmatismos, intolerancias y consignas «emotivas» de vago contenido ideológico, distanciados de las arcaicas bagatelas «izquierdistas», retirados de aburridas reuniones celebradas por células clandestinas de «partiduchos» sectarios y marginales, alejados de estrategias obreristas de vanguardia y superado el eje izquierda-derecha, llega PODEMOS al escenario político del Estado hablando de participación ciudadana, de renovación de la política, de parar los pies a las élites dirigentes, arengando sobre los poderosos y los desheredados, sobre los de arriba y los de abajo, sobre los corruptos y los decentes, sobre la casta y la gente corriente. Y eso en un contexto de crisis económica e institucional, mientras algunos medios de comunicación comienzan a acusar a sus dirigentes de «bolivarianos» y «bolcheviques».

Muchos ciudadanos aún tenemos muy presente la experiencia que supuso el 15 M y la tan criticada ausencia de líderes. Y ahora aparecen Pablo Iglesias, Iñigo Errejón, Carolina Bescansa, Rafael Mayoral, Juan Carlos Monedero y tantos otros politólogos, sociólogos, juristas e intelectuales diversos. Opinadores televisivos, juventud de verbo vivo y look actual, que saben usar hábilmente la palabra y que todo el mundo entiende. Estos dirigentes de PODEMOS consiguieron capitalizar la indignación contra el régimen surgido tras la II Restauración borbónica.

Los partidos políticos, supuestamente progresistas, nacidos para canalizar las inquietudes ciudadanas, se revuelven como mastodontes, incapaces de aportar soluciones en tiempos de escasez, pobreza, desempleo, desahucios, recortes y corrupción. Esos partidos tradicionales no consiguen conectar con los intereses ciudadanos ni trasladar a las instituciones estas preocupaciones. Pierden el tiempo en luchas intestinas, peleas nominalistas, manifiestos aburridos, símbolos y banderas, sin aportar las mejores soluciones para los graves problemas sociales. Hace tiempo que ya sólo constituyen anquilosadas maquinarias luchando por mantener a flote, en la superficie del piélago político, sus depauperados, maltrechos y acartonados aparatos de inspiración decimonónica, y ello con el único objetivo de conservar sus raquíticas parcelas de poder.

Muchos políticos, autodenominados progresistas y de izquierdas, hace tiempo que priorizan sus intereses endogámicos como partidos del sistema frente a las verdaderas preocupaciones de la ciudadanía. Su misión originaria de vehiculizar las demandas populares se evaporaron. Sobrados de palabras huecas y fetichismo «progre», los partidos de la «izquierda clásica» ya solamente sirven como refugio de decrépitos, nostálgicos y panfletarios.Con la aparición de PODEMOS se planteó una nueva “vía” en el camino hacia la construcción de una nueva sociedad.

PODEMOS plantea que la transformación radical del sistema político y económico, necesaria y paralelamente tiene que cambiar el contenido de la política y todas sus expresiones, para poder ir más allá de las simples relaciones de poder entre individuos socializados fragmentadamente en clases sociales; ha de comenzar a establecerse una política que sea algo más que expresión concentrada de la economía,  una política más efectiva, sistémica y permanente, que sea capaz de anticiparse y constituirse en actividad articuladora decisiva de relaciones sociales de la producción de nueva naturaleza.

Se trata de la actividad política como sistema de relaciones específicas, como un proceso complejo (conjunto de procesos políticos) de aprehensión (identificación, valoración, sistemización.....) de las necesidades sociales (de un grupo, sector, estrato, clase, institución, organismo social en general) y de organización y dirección de los recursos (objetuales y humanos) de los actores sociales (individuos, grupos, organizaciones, partidos, instituciones de todo tipo, organismo social en general) para dar respuesta a esas necesidades, sobre la base de las posibilidades del sistema dado y el cumplimiento de los objetivos del proyecto colectivo en cuestión.

El tránsito que plantea PODEMOS supone romper totalmente con unas relaciones sociales marcadas por el dominio de una parte minoritaria de la sociedad sobre el resto; demanda necesariamente un salto cualitativo en la actividad política que, manteniendo su estructura como democracia formal, amplíe sus posibilidades de participación y favorezca el poder de decisión real de la mayoría social y ayude, al mismo tiempo, a la coordinación de las acciones de individuos libres y conscientes, en función de la ampliación y fortalecimiento de esa libertad real como premisa y resultado del más progresivo y pleno desarrollo de cada uno y de la sociedad en su conjunto.

Esta transformación que plantea PODEMOS debe propiciar y garantizar la participación cada vez más amplia del conjunto de la ciudadanía desposeída y sectores sociales subalternos y, progresivamente, de toda la sociedad, en las tareas que le son inherentes; en particular, en el Gobierno y resto de poderes del Estado, pero sobre todo fortalecer la participación progresiva de toda la sociedad en el control y dirección de la actividad económica y social.

No se trata de “pelearnos” entre nosotros, los militantes, activistas, inscritos, simpatizantes y votantes de PODEMOS, pero es fundamental que defendamos la necesidad de una organización participativa y gobernada por las bases. Ese debe ser el camino si lo que deseamos es comenzar la construcción de la nueva sociedad, con nuevos contenidos y nuevos fines. De no ser así PODEMOS será un simple nuevo jugador en la mesa del régimen del 78.

No se trata tampoco de aferrarse a unas siglas de forma identitaria y patrimonialista. El camino que indicó el 15M y ha comenzado a desbrozar PODEMOS no es para reificar fetiches simbólicos, sino para cambiar unas relaciones sociales y de producción que nos degradan y precarizan como seres humanos; democratizar y horizontalizar esas relaciones sociales y de producción para que ningún grupo social juegue con ventaja y explote a los demás en beneficio propio.

De lo que se trata es de apostar de una forma decidida por procesos muy democráticos y participativos de "unidad ciudadana y popular".

* JAVIER CASO IGLESIAS es Analista Político, FRANCÍ XAVIER MUÑOZ es Diplomado en Humanidades y en Gestión Empresarial y ÓSCAR LOMBA ÁLVAREZ es Licenciado en Derecho y Diplomado en Magisterio.

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